Es un plato típico de la comida española pero especialmente en Andalucía. Es perfecta para aprovechar restos y, especialmente si nos han quedado restos de pollo asado y nos saltaremos el punto 3. Se puede dejar todo preparado y, en el último momento, sólo hay que calentar el caldo de pollo. Además, si sobra se puede volver a reutilizar en cualquier momento.

Poner a cocer uno o dos huevos durante unos 15 minutos. Preparar el arroz blanco y reservar. Mientras, trocear un trozo de jamón serrano en cuadraditos menudos.

En una sartén antiadherente poner la pechuga de pollo a dorar a fuego fuerte. Cuando este tostadita por una cara dar la vuelta y acabar de dorarla. Poner un puntito de sal en la pechuga –no excesivo ya que el caldo tiene sal-

Trocear la pechuga de pollo y el huevo duro y reservar.

Poner a calentar en un cazo las cuatro trazas de caldo de pollo.

Hacer unos cuadraditos de pan, o tostones, que freiremos en una sartén con aceite de oliva extra virgen. Cuando estén tostados retiramos el exceso de aceite con papel de cocina y reservamos.

Poner los distintos ingredientes en la mesa por separado (arroz, pollo, jamón, huevo y tostones) Cada comensal se sirve en su plato conforme a sus preferencias. Posteriormente añadir el caldo de pollo bien caliente en cada plato o bol.