Si las alitas están enteras hay que dividirlas en dos partes, desechando las puntas y, en su caso, con un soplete quitar posibles plumones. Sal pimentar al gusto.

En una bolsa de asar (que se pueden encontrar en los supermercados) poner las alitas de pollo y añadir la salsa barbacoa. Cerrar bien la bolsa y agitar para que todo quede bien mezclado y las alitas se maceren. Lo ideal es tener medio día las alitas macerando pero, al menos, dejarlas durante una hora.

Colocar las alitas sobre en la bandeja del horno a nivel medio, previamente precalentado a 180º M. Es recomendable poner un papel de aluminio sobre la bandeja para evitarnos mucho trabajo en limpiar la bandeja.

Reservar la salsa barbacoa en la que se han macerado las alitas de pollo.

Poner encima de las alitas otro papel aluminio y bajar la temperatura del horno a 150º.

Pasados unos 30 minutos quitar el papel de aluminio que cubre las alitas y subir el horno a 180º y con una brocha repartir sobre las alitas.

Cuando comienzan a tener un aspecto tostado dar la vuelta con unas pinzas y seguir, con la brocha de silicona, embadurnando bien las alitas.

Dejar en el horno hasta las piezas están tostadas.