Plato típico de la gastronomía francesa usando mantequilla en vez de aceite de oliva extra virgen para que quede más melosa, pero también menos sana. Es típico que utilicen hogazas redondas de pan de corteza dura a las que retiran la copa y sacan la miga como recipiente para servirla.

Trocear las cebollas en tiras y rehogar en una sartén con un chorrito generoso de aceite de oliva extra virgen. Poner un punto de sal (no en exceso ya que el caldo de pollo tiene sal) y freír a fuego muy lento para que la cebolla se cocine y este tierna pero que no se tueste. Reservar la cebolla en un colador para que suelte el exceso de aceite.

Cortar una o dos rebanaditas de pan por cada comensal. Tostar las rebanadas de pan en el horno o en tostador y reservar.

En una cacerola colocar la cebolla y añadir caldo de pollo y agua (dos tazas de agua y dos tazas de caldo de pollo). Dejar cocinar unos 10 a 15 minutos. Si queda excesivamente espeso añadir algo de caldo o agua ya que, después, parte se evaporara al gratinarla.

Poner la sopa resultante en una fuente de cristal apta para el horno o en cazuelas de barro individuales y colocar, encima, las tostadas de pan y esparcir por todo el recipiente, y especialmente sobre las tostadas de pan, queso rallado.

Poner en el horno en la bandeja superior para que el grill haga costra del queso. Cuando el queso está gratinado retirar del horno y servir al momento.