Ingredientes (4 raciones)
3 patatas medianas
4 cucharadas soperas de aceite de oliva extra virgen
1 taza de aceite de oliva extra virgen para freír las patatas
2 cucharaditas de pimentón dulce
2 cucharaditas de pimentón picante
1 cucharada sopera de harina
3 tazas de caldo de pollo
1 cucharadita de sal
Receta
Poner en una sartén cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva extra virgen y calentar y en un cazo tres tazas de caldo de pollo.
Cuando el aceite esté caliente, pero sin echar humo, retiramos del fuego y añadimos una cucharadita de café de pimentón dulce y otra cucharadita de pimentón picante y removemos. Añadimos, inmediatamente, una cucharada sopera de harina y removemos para que se haga una mezcla –similar a la salsa bechamel- y la harina se cocine.
Vamos añadiendo caldo de pollo y removiendo enérgicamente con unas varillas para que la harina no tenga grumos. La consistencia de la salsa la conseguiremos añadiendo más o menos caldo de pollo.
Mientras, en otra sartén habremos puesto a calentar aceite abundante y pondremos las patatas cortadas en trozos generosos. Las patatas se hacen a fuego lento. Cuando comienzan a estar blanditas se retiran de la sartén y se sube el fuego del aceite. Cuando el aceite está bien caliente se vuelven a poner las patatas para que queden doradas y crujientes por fuera.
Una alternativa muy utilizada es cocer, previamente, las patatas en abundante agua, unos 20 minutos, y luego proseguir friendo las patatas, ya cocidas, en abundante aceite bien caliente.
Se ponen las patatas fritas al punto de sal y, por encima, se riegan con la salsa.
La receta tradicional solo lleva pimentón pero la textura no es del agrado de todos y se suele añadir algo de tomate frito a la salsa. En los bares suelen tener la salsa en biberones para que cada cual se ponga la que quiera.