- Preparación de las verduras: Pica finamente la cebolla y el diente de ajo, y ralla la zanahoria. En una sartén, calienta 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Añade las verduras junto con media cucharadita de sal y sofríe suavemente.
- Cocinar el sofrito: Cuando la cebolla esté tierna y transparente, incorpora una lata de tomate triturado y baja el fuego. Agrega una cucharadita de orégano, media cucharadita de concentrado de caldo de carne, y una cucharadita de azúcar para reducir la acidez del tomate. Cocina a fuego lento durante unos 15 minutos, removiendo de vez en cuando para que los sabores se integren.
- Tomates frescos (opcional): Si prefieres usar tomates frescos en lugar de enlatados, pela y retira las pepitas de los tomates maduros antes de añadirlos a la sartén. Para un toque especial, también puedes incorporar un par de pimientos del piquillo para darle un sabor extra.
- Ajustar el sabor: Prueba la salsa y ajusta la sal si es necesario. Continúa cocinando a fuego lento para que los ingredientes se mezclen bien.
- Textura de la salsa: Dependiendo del uso que le vayas a dar a la salsa de tomate, puedes dejarla con trozos o triturarla. Para una textura suave y más uniforme, pasa la salsa por un pasapurés (diferente al prensa puré). Se recomienda evitar el uso de batidora, ya que esto puede alterar el color, haciéndola más clara debido a la cebolla triturada, lo que podría restar atractivo a la salsa.