- Sellar las carrilleras: Sazona las carrilleras con sal y pimienta. En una olla caliente con un poco de aceite, dóralas por ambos lados hasta que estén bien selladas. Retíralas y resérvalas.
- Preparar el sofrito: En la misma olla, sofríe la cebolla, el ajo y el pimiento a fuego medio hasta que estén tiernos. Añade el tomate triturado junto con el comino, el orégano y el pimentón ahumado. Cocina a fuego lento hasta que el tomate pierda su acidez y el sofrito tenga una textura homogénea.
- Deglasar e integrar: Vierte el vino tinto en la olla y remueve bien, rascando el fondo para liberar los sabores del sellado. Cocina durante un par de minutos para que el alcohol se evapore. Luego, añade el caldo de carne (o agua) y devuelve las carrilleras a la olla.
- Cocción a presión: Cierra la olla a presión y cocina a alta presión durante 45 minutos desde que alcance la presión máxima. Si no tienes olla a presión, puedes cocinar a fuego lento en una olla convencional durante aproximadamente 2 horas, hasta que la carne esté muy tierna.
- Finalizar la carne y la salsa: Libera la presión de la olla de manera natural o rápida. Retira las carrilleras y desméchalas con dos tenedores. Si la salsa está muy líquida, deja que reduzca a fuego medio sin tapa hasta alcanzar la consistencia deseada. Mezcla la carne mechada con parte de la salsa.
- Montar los burritos:
- En una sartén amplia y a fuego bajo, calienta una tortilla de trigo o de maíz.
- Añade queso rallado sobre la tortilla y deja que se derrita ligeramente.
- Coloca una porción de carne mechada, un poco de guacamole y pico de gallo sobre la tortilla.
- Dobla o enrolla el burrito y retíralo de la sartén.
- Repite el proceso con el resto de las tortillas.
- Servir: Sirve los burritos calientes. Puedes acompañarlos con guacamole adicional, salsa de yogur o una mezcla de chiles picantes para darle más sabor.




