Ingredientes (3 raciones)
2 calamares terciados limpios y troceados
2 cebollas
3 rebanadas de pan
1 diente de ajo
4 cucharadas de tomate triturado
2 bolsita de tinta de calamar
1 vaso vino tinto o blanco
2 cucharaditas de perejil
Receta
La misma receta se puede hacer con chipirones.
El punto de cocción de los calamares es doble. Tienen un primer punto durante pocos minutos (por ejemplo cuando hacemos las anillas rebozadas o chirriones a la plancha) y luego requieren más tiempo ya que al perder jugos se quedan duros y hay que cocinarlos durante bastante tiempo para que vuelvan a estar tiernos. Este es el caso de esta receta.
En una sartén pequeña dorar las rebanaditas de pan y el ajo. Cuando este dorado pasar a un mortero, añadir algo de perejil y una pizca de sal y machacar. Reservar.
En una olla rehogar las cebollas picadas con aceite de oliva a fuego lento y durante unos 20 minutos. Añadir el tomate triturado y dejar hacer durante 5 minutos más. Añadir el vaso de vino blanco y dejar evaporar. A continuación incorporar los calamares que comenzarán a soltar agua.
Mezclar la tinta de calamar con la majada de pan y ajo y disolver con un poco de agua. Incorporar la mezcla de la tinta a la cazuela con los calamares y dejar hervir a fuego medio.
Ahora hay que tener cuidado con el proceso. Lo ideal es poner una tapa sobrepuesta para evitar que salpique y que quede todo manchado de tinta. Hay que controlar que los calamares estén bien tiernos. Dependerá mucho del tipo de calamar pero como poco tendrán que estar tres cuartos de hora.
Hay que tener cuidado y remover con cierta frecuencia para evitar que se pegue a la cazuela. Si se quedan muy secos habrá que añadir agua templada. Los calamares tienden a soltar algo de sal y, por dicha razón, hay que ser especialmente cuidadosos con no pasarse de sal. Es preferible probar cuando la salsa comienza a espesar y rectificar en su caso.
Se sirven acompañados de arroz blanco y pan para mojar en la salsa que es lo mejor de este plato.