- Batir los huevos: En un bol, bate los huevos vigorosamente hasta que se forme una ligera espuma. Esto ayudará a incorporar aire, logrando una textura suave y cremosa. Salpimenta al gusto y añade un chorrito de leche para darle mayor cremosidad. Si deseas, puedes añadir un poco de queso parmesano rallado a la mezcla.
- Preparar la sartén: Pulveriza una sartén antiadherente con un poco de aceite y caliéntala a fuego bajo. Es importante usar un fuego suave para evitar que los huevos se cocinen demasiado rápido y se resequen.
- Cocción lenta y constante: Vierte los huevos batidos en la sartén y cocina a fuego lento, removiendo constantemente con una cuchara de madera o una espátula de silicona. Remueve en movimientos suaves y continuos hasta obtener una textura cremosa y apenas cuajada. Es preferible que queden ligeramente poco hechos, ya que se seguirán cocinando con el calor residual.
- Acompañamiento crujiente: Prepara el beicon crujiente en una sartén sin aceite, cocinándolo a fuego medio-alto hasta que esté bien dorado. Alternativamente, puedes colocarlo entre dos hojas de papel de cocina y calentarlo en el microondas durante unos minutos.
- Servir: Sirve los huevos revueltos acompañados de tiras de beicon crujiente y una tostada de pan de molde, cortada en cuatro triángulos. Adorna el plato con una ramita de perejil fresco para dar un toque de color y frescura.