- Cocer la pasta: Cocina la pasta en abundante agua con sal. Añade una pequeña cantidad de aceite de oliva al agua para evitar que la pasta se pegue, aunque esto no es estrictamente necesario. Al mismo tiempo, cuece un huevo durante unos 10-12 minutos. Una vez cocida la pasta, escúrrela y enfríala bajo agua fría para detener la cocción.
- Organizar los ingredientes: Coloca los ingredientes en la ensaladera de manera ordenada, buscando una presentación agradable a la vista. Esto hará que la ensalada sea más apetecible. Puedes distribuir la pasta, el huevo duro troceado y otros ingredientes que prefieras (como tomates, aceitunas, o vegetales).
- Preparar la vinagreta: En un recipiente pequeño, mezcla aceite de oliva virgen extra, vinagre y una pizca de sal. Bate con un tenedor o una varilla hasta lograr una emulsión homogénea. Es importante preparar la vinagreta aparte, en lugar de añadir los ingredientes directamente sobre la ensalada, para asegurarte de que el aliño se distribuya de manera uniforme.
- Aliñar la ensalada: Vierte la vinagreta generosamente sobre todos los ingredientes de la ensalada, asegurándote de que quede bien repartida. Esto ayudará a que todos los ingredientes se impregnen de manera uniforme con el aliño.
- Toque opcional: Si lo prefieres, puedes añadir un poco de orégano seco u otras hierbas según tus gustos para darle un toque aromático extra.
Nota adicional:

Es importante recordar que las ensaladas permiten una gran flexibilidad en los ingredientes, por lo que puedes adaptarla a tus preferencias y añadir otros ingredientes como atún, maíz, o pimientos asados, según desees. ¡El equilibrio de sabores y la presentación son clave para disfrutarla al máximo!